Dejando atrás viejos tabúes y supersticiones, en esta ocasión me adentro en el reino de los muertos,
una ciudad paralela repleta de secretos ocultos. Magnificas y ostentosas obras de arte desconocidas
para la mayoría de la gente velan el eterno sueño de los muertos.

Tumbas, esculturas, panteones y criptas nos muestran los mas variopintos estilos arquitectónicos
entre los que destacan los neogóticos y neoegipcios, siempre con relevantes connotaciones cristianas
convierten este sagrado lugar de culto en una inmensa exposición al aire libre digna del mayor
reconocimiento.
Imágenes de vidas pasadas, de historias ya olvidadas por el paso del tiempo. Un recorrido visual por la
historia de una ciudad y sus gentes representado por medio del arte funerario en un lugar con 180
años de historia.
Esta serie "La Ciudad del Silencio" ha sido realizada íntegramente en el cementerio de Torrero en la
ciudad de Zaragoza.

Autores - Manuel Antonio Genzor Salvador (Manu Genzor) y Antonia Genzor Morales (Antonella
Genzor) Mayo 2015.
Manu Genzor - Serie "La Ciudad del Silencio" - Arte Funerario
El arte funerario es cualquier obra de arte que forma parte o está ubicada en un repositorio de los restos de muertos. Un término general para tal repositorio es tumba, mientras que el ajuar funerario son objetos distintos a los restos humanos primariosque han sido colocados en su interior. Tales objetos pueden incluir las posesiones personales de los muertos, objetos creados especialmente para el entierro, versiones en miniaturas de objetos que se creían necesarios en el más allá.

El conocimiento de muchas culturas no letradas ha provenido en gran medida de estas fuentes. El arte funerario puede tener muchas funciones culturales. Así, puede desempeñar un rol en los ritos de enterramiento, servir como un artículo para ser usado por el muerto en el más allá y para celebrar la vida y los logros del muerto, ya sea como parte de prácticas de culto a los ancestros centradas en el parentesco o como una exhibición
dinástica públicamente dirigida. También puede funcionar como un recordatorio de la mortalidad de
la humanidad, como una expresión de valores y roles culturales y ayudar a propiciar los espíritus de
los muertos, mantener su benevolencia y prevenir la intrusión no deseada en los asuntos de los vivos.

El depósito de objetos con una intención estética aparente puede remontarse al hombre de Neandertal
hace 50.000 años y es encontrado en casi todas las culturas posteriores: la cultura hindú es una
excepción notable. Muchas de las creaciones artísticas más conocidas de culturas pasadas -desde las
Pirámides de Egipto y el tesoro de Tutankamón a los Guerreros de terracota que rodean la tumba del
emperador Qin, el Mausoleo de Halicarnaso, el Sutton Hoo y el Taj Mahal- son tumbas u objetos
hallados al interior o alrededor de ellas. En la mayoría de los casos, se produjo arte funerario
especializado para la élite política y económica, aunque los entierros de personas ordinarias podían
incluir monumentos y ajuares funerarios simples, usualmente de sus posesiones.

Un factor importante en el desarrollo de las tradiciones de arte funerario es la división entre lo que
estaba destinado a ser visible para los visitantes o el público tras la finalización de las ceremonias
funerarias. El tesoro de Tutankamón, por ejemplo, si bien era excepcionalmente abundante, no tenía
como intención ser visto otra vez por humanos después de haber sido depositado, mientras que el
exterior de las pirámides fueron una demostración permanente y muy efectiva del poder de sus
creadores. Una división similar puede ser observada en las tumbas del Lejano Oriente. En otras
culturas, casi todo el arte relacionado con el enterramiento, con excepción de limitados ajuares
funerarios, tenía como intención permanecer visible al público o, por lo menos, a aquellos admitidos
como custodios. En estas culturas florecieron tradiciones tales como los sarcófagos esculpidos y las
tumbas monumentales de los griegos y romanos y, más tarde, en el mundo cristiano. El mausoleo, con
el objeto de ser visitado, fue el mayor tipo de tumba en el mundo clásico y, más tarde, fue común en la
cultura islámica.
El Arte Funerario
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