Tu Mar, Mi Mar - Foto Poemas
Por: Soraya Pereña Y Manu Genzor
Breve Biografía

Soraya Pereña: Nací en Bilbao y desde muy niña me han interesado las artes plásticas y la literatura, especialmente la poesía.

Soy licenciada en Ciencias de la Información por la UPV, aunque apenas he ejercido la profesión de periodista.
He publicado poemas en la revista de poesía "Zurgai" y obtuve en el 88 el primer premio de poesía en lengua castellana de la localidad vizcaína de Arrigorriaga.

Actualmente, tras un parón creativo de unos años, emprendo de nuevo la aventura poética, escribiendo y colaborando en diversos proyectos, actos, recitales, etc.

Manu Genzor : Nací en Palma de Mallorca aunque resido desde hace mas de 30 años en la ciudad de Zaragoza, Soy un apasionado de la naturaleza a la que e dedicado gran parte de mi vida como fotógrafo y ornitólogo, aunque dentro del amplio mundo de la fotografía me a gustado explorar todos los campos mostrando así mi particular visión del mundo a través del objetivo de la cámara.

Introducción

Tu mar, mi mar" es una partitura a cuatro manos entre Soraya Pereña y Manu Genzor, que surge como proyecto algo más elaborado a raíz de pequeñas colaboraciones previas entre ambos. Manu es fotógrafo y aporta sus imágenes. Soraya es poeta y pone sus versos.

Así nace un trabajo que quiere ser también un homenaje al mar, a la mar, que es un referente para los autores desde que eran niños, y que ha venido siendo a lo largo de sus vidas, fuente de inspiración insoslayable a la hora de crear. Disfrutad de la plasticidad de las estrofas y de la poesía de las fotografías!!

Tanto los orígenes de Manu Genzor como los de Soraya Pereña están fuertemente vinculados al mar, y este ha sido desde siempre, fuente de inspiración para los dos.

Ambos sienten mutua admiración por sus respectivos trabajos y por ello deciden fusionar fotografía y poesía, que en esta ocasión tiene por protagonista un mar también polifacético y sorprendente; un mar de referencias históricas y geosociales, pero a la vez una mar romántica en sus calmas y tempestades, una mar de naturaleza cambiante y fuerza sobrecogedora. Un mar de sensaciones.
Hijos de la Tierra
Como somos hijos de la tierra,
el mar es a veces frontera
y muchas otras veces,
desarraigo.

También es o fue riqueza,
esa que hemos ido esquilmando,
pues no tenemos medida;
depredadores insaciables
de cuanto cae en nuestras manos.
  
Pobre mar: gran pañol,
pozo séptico, basurero.

Mar medio muerto y contaminado.

Mar todavía, sin embargo,
de quimera y de sueños,
de tesoros lleno
y de tantos naufragios!
Tu Mar
Tu mar juega a desgastar
la dura roca desde hace siglos;
besa guijarros, lame orillas...
dulcemente.

Tu mar es el mar de Homero,
el de épicas batallas,
el de majestuosos templos dóricos,
el de la égloga imposible
y la clásica belleza.

Tu mar de Ulises
juguetea cálido,
baña cuerpos dorados,
sueña hermosos viajes
sin retorno.

Y tú llegarás un día
a mi mar impetuoso,
que brama, que se enfurece
y destruye escolleras
y amarre firme, cada invierno. 
Este mar que se derrama
nervioso, que truena, que se estrella,
que chorrea grises
amaneceres mal conjugados;
reflejo de nubes tristes,
cadalso de penas viejas.

Tu mar y mi mar se unirán entonces.

A través de la red hidrográfica
de nuestras venas,
canales nuevos, ríos inventados,
laberintos de arroyo o marismas-,
se juntarán aguas turbias y limpias,
tibias y frías.

Vendrás a mí,
empujado por el mistral.

Y yo te estaré esperando
sobre la arena,
tras la última marea.
Tripulante de tu Alma Gastada
Me enrolé eventualmente
como tripulante
de tu alma gastada,
de tu vida delirante.

Navegamos dando bandazos,
enfrentándonos a las olas
a golpe de pantoque,
arribando odescuidados
y sin tino, hacia la más
grande locura.

Pero el mar, como el tiempo,
amigo mío,
acaba poniendo a cada uno en su lugar.

De la quilla a la perilla
te busqué, pero no te pude encontrar.
Marejadas en la noche
y alboradas en la mar.

Sigo dando palos de ciego
y tú, ni siquiera sabes remar.

Nos hundimos sin remedio.
Una salve marinera,
-sálvese quien pueda,-
despide nuestra memoria.

El océano nos acogerá
en su seno, y aquí
por siempre, paz,
pero no antes ni después, gloria.
Fiesta en la Playa
Las olas rompían en el malecón.

La fiesta continuaba en la playa,
a la luz de las hogueras
y de las luminarias.

Poco tiempo después
amanecía,
y yo debía regresar,
pues la noche era ida
con sus excesos,
en su desconcertada melancolía.

Temprano echaron a volar las alondras
mientras las barcas primeras partían,
pero el gallo no cantaba;
sabía que tú aún dormías.

Sin hacer ruido, descalza,
temblorosa como una niña,
me fui acercando a la puerta.

No hizo falta llamar.

Estaba entreabierta.

Olvidé el vestido a la orilla
de tu casa
y se hizo nuestra.
Sentada en la Terraza
Sentada en la terraza
sombreada de plátanos
mi vista rebasa el puerto
y se pierde en la mar, a lo lejos.

Confundidos vuelan también
escondidos sentimientos;
cormoranes y gaviotas
portadores del delirio,
y tántos y bellos recuerdos!

Los paseantes más madrugadores
recorren el paseo y reposan sus ojos
al azar, en el ajetreo de barcas
que vienen y van,
repletas de pesca o de sueños.

Las olas cobijan en de espuma, aquella juventud ida
de un verano ya lejano y feliz,
estrellado en las rompientes
de esa isla amada, conocida.

La superficie rizada me ofrece
reflejos distorsionados de lo que parece
que pudo ser y no fue,
o tal vez es al revés,
que aconteció pareciendo imposible,
fantasía previsible
que huye para no volver.

Floto, estoy como ausente;
derivo yo también, como esa mar
bonancible, hacia la paz
que nos trae la nueva brisa
de poniente...
Mi Mar
En mi mar, como tú lo llamas,
si bien no es mío
que también es tuyo
y también lo amas,
alborozadas criaturas
de cuerpos imposibles
y a veces mirada fiera,
se recrean con textura de medusa
en una profundidad casi siniestra.

En mi mar, como tú lo llamas,
con sus fondos abisales
y su superficie calma,
el hombre juega a ser pez
o echa su red...y aguarda.

Bajo esa densidad tan contundente
no se distingue la noche
del día, no existe el tiempo,
sólo ojos absortos
y bocas hambrientas
de todo lo que se mueve;
incisivo juramento de una plebe
que únicamente nada y muere.

En mi mar, como tú lo llamas,
no hay justicia ni bondad,
la lucha por la supervivencia
es despiadada, brutal.

Pero por algún motivo
lo amamos, lo navegamos,
y en los minutos más emotivos

simplemente lo contemplamos.
Tú Eras Mis Alas
En los estratos metamórficamente
atormentados de un litoral sin fin,
guarnecida por olas
tristemente bramadoras
en la madrugada púrpura y cruenta,
déjame llorar tu recuerdo,
guarecida en ese cariño
extraño, incomprendido,
puro y sincero.

No estás; te has ido con el viento
en pos de quien sepa amarte
sin condiciones ni aspaviento.

Sobre la roca desnuda
amanezco sirena, cantando
a la bruma mi pena, mi desconsuelo.
Y me vuelvo a mis profundidades
y me digo que no tengo miedo,
pero me retienen incertidumbres,
necedad, tal vez costumbre;
amor de escamas, burbujas...
pesadumbre.

Tú eras mis alas,
mi libertad, pajarillo mío.

Desde la playa, como ballena varada
te veo volar, subir más y más;
qué alto está tu nido,
no creo lo pueda alcanzar.

Te marchas, ya te has ido.

Déjame al menos llorar...
Tú Eras Mis Alas
La playa está sola y callada.

Atardecer
y las gaviotas toman la ensenada;
la marisma se llena
de correlimos y garzas.

La laguna es negra y parda
y la sierra que la rodea,
fría, extraña y larga...

Terrible es la noche
cuando los recuerdos nos invaden
y el pensamiento asienta sus reales
en nuestro pecho.

Entonces, quién fuera ave
peregrinando estepas, valles,
cumbres o mares!

Halcón, estornino o albatros,
incansable el aleteo
o planeo sin descanso.

Ancestral ilusión la de volar,
perderse entre nubes y surcar
la geografía genuina
en una coreografía magistral.

La playa está sola y callada.
Sólo se escucha a lo lejos,
sinfonía de olas en la madrugada.
© 2016 Soraya Pereña - Manu Genzor  - 
Poemas de : Soraya Pereña  -  Fotografias de : Manu Genzor
Free Web Hosting